Gracia a Vosotros
“GRACIA… A VOSOTROS…” (Filipenses 1:2)
Las mismas circunstancias que subyugan a los demás no te subyugarán a ti – si eres “agraciado” para manejarlas. ¿Cómo le fue posible a Pablo mantener el gozo al sufrir palizas, engaños, naufragios y encarcelamiento? Fue porque Dios le dijo: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9b). La gracia te capacitará para pastorear una iglesia difícil, cuidar de una preciada persona mayor que requiere mucho tiempo y paciencia, orar y nunca dejar la esperanza en un hijo/a pródigo/a, y mantener tu fe firme frente a problemas abrumadores.
¿Cuándo llega la gracia?
¡Cuando más la necesitas! Escucha: “...hallar[ás] gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16b). Dios no te dará hoy la gracia para el día de mañana. Pero igual que con el mana en el desierto, cuando te despiertas cada mañana, allí estará: la gracia que corresponde a cada necesidad. Uno de los mayores errores que puedas cometer es envidiar a los demás o intentar ser como ellos. ¿Por qué? Porque puede que tengas los mismos talentos pero si no estás “agraciado” de la misma manera, no tendrás éxito. En realidad, recibir lo que tienen ellos te podría “enterrar” en vez de servirte de bendición.
¿Cómo llega la gracia?
Escucha: “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros…” (Hechos 20:32). Allí está; entre las páginas de la Palabra de Dios hallarás la solución o la gracia para manejar la situación, aprender de ello y salir fortalecido. Así que la palabra para ti hoy es: “Gracia… a (vosotros)[ti]…” (Filipenses 1:2).