El que labra su tierra se saciara de pan; mas el q sigue a los vagabundos es falto de entendimiento. Prov. 12:11.
Setenta y cuatro de los 915 versículos que tiene el libro de Proverbios, tratan de un modo u otro, acerca de la importancia de tomar la vida en serio y construir sueños sobre fundamentos seguros.
Hay gente derrotada porque “sigue a los vagabundos”. En el original la palabra reqen significa “cosas vacías, vanas o fantasiosas”. La ilustración perfecta seria una cosa bien adornada y atractiva por fuera, pero vacía por dentro; como las pompas de jabón tras las cuales los niños corren entusiasmados, pero que solo traen frustración, porque explotan justo cuando las alcanzan. Existen, pero no existen. No tienen consistencia. Nada las sustenta, fuera de la imaginación.
En el proverbio de hoy, Salomón parece decir: “¡Despiértate! Pon los pies sobre la tierra. Labra la tierra, traspira tu camisa. No te quedes ahí sentado en la butaca de la vida, alentando fervorosamente para que todo acont4ezca. Entra y participa”.
Dios va a bendecir lo que tú crees que mereces y por lo cual estés dispuesto a luchar. Pero, recuerda que David derrotó al gigante Goliat usando una honda. La mayoría de las guerras de Israel, fueron ganadas porque Dios iba delante del ejército, pero el pueblo necesitaba salir al campo de batalla.
Confía en Dios no significa permanecer de brazos cruzados, esperando que el éxito caiga del cielo. El verdadero éxito no es un gran acontecimiento, ni una única y gran Victoria. El éxito que Dios ofrece esta hecho de pequeñas victorias diarias.
Correr detrás de fantasías, esperar un “golpe de suerte”, o una “herencia” es falta de sentido, locura, ingenuidad. Las personas que piensan así forman la larga fila de los derrotados.
Haz de este día un día de pequeñas victorias. En el trabajo. En el hogar, en la vida personal, en fin, labra tu tierra, arregla el grifo que gotea, cambia la lámpara quemada, arregla la relación destruida. Acumula pequeñas victorias. No te quedes sonando solamente con grandes conquistas, porque: “El que labra su tierra se saciara de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento”.