Así como un ciego no puede ver al mismo sol frente de él, un incrédulo es incapaz de ver a Dios, excepto que Dios mismo abra sus ojos!

jueves, 3 de noviembre de 2016

Intercesión

ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos del llamamiento que les ha hecho, y por su poder perfeccione toda disposición al bien y toda obra que realicen por la fe”. 2 Tesalonicenses 1:11

Cuando oramos por alguien lo que hacemos es interceder; eso significa que nos involucramos mentalmente en su mundo al hacer contacto deliberadamente con Dios en nombre de esa persona. Es cierto que este es tan solo un aspecto de la oración, ¡pero es un aspecto muy importante¡

En el primer libro del profeta Samuel, se narra una historia que ilustra claramente el valor “la importancia esencial” de orar por otros. El pueblo de de Dios está viviendo un periodo de crisis. Han pedido un rey y lo ha conseguido. Le tocó a Samuel enfrentarlos y decirles lo poco sabio de su urgencia testaruda por ser “como todas las naciones de la tierra”. El pueblo vio la insensatez de su decisión tiempo después; sin embargo, sabiamente le hizo el pedido correcto a Samuel: “Ora al Señor tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey” (1 Samuel 12:19).

El generoso Samuel debe de haber sonreído al asegurarles: “En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra Él dejando de orar por ustedes” (versículo 23). Ya había estado orando por ellos, así que prometió no parar. Hacerlo sería pecar contra el Señor.

Aquellos que están en la búsqueda del carácter maduro consideran la intercesión como algo importante. No hay participación más significativa en la vida de otro que la de la oración constante y prevaleciente. Ayuda más que el regalo de dinero, anima más que un fuerte sermón, es más eficaz que un cumplido, es más reconfortante que un abrazo físico.

Lejos sea de nosotros pecar contra el Señor dejando de orar lo unos por los otros, por eso continuamos cumpliendo la voluntad de nuestro Señor; aunque muchas veces no podamos contestar sus correos, tengan la seguridad que seguiremos orando por ustedes.

Dios les bendiga!!!

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